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Una conversación centrada en el género con Francia Granda y Gabriela Vera

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, que en 2015 tiene como lema “Make it Happen”, presentamos la historia de dos de nuestras compañeras en Smartmatic. Las programadoras Francia Granda y Gabriela Vera discuten su amor por la programación, quienes las inspiran, cómo han forjado sus carreras y cuál es su percepción de la igualdad de género en su trabajo. 

Creando de la nada 

“Cuando implementas funcionalidades en un sistema, es posible darle vida a cosas que no existirían”. Esta es parte de la belleza de la programación según Francia, para quien “escribir código es un acto de creación” y una misión satisfactoria porque “crea un sentido de pertenencia con ‘esa cosa nueva’ que se volvió realidad directamente desde tu imaginación”. Añade que lo que más le gusta de la programación y de su trabajo es “ser parte de ese sistema silencioso y oculto que mueve el mundo de hoy”. 


Por otra parte, Gabriela comenta que la programación la cautivó porque “siempre es un buen reto” para ella. Le encanta “construir cosas que no existían antes y hacerlas tan útiles como sea posible”. 

Ambas coinciden en la satisfacción que representa crear soluciones útiles a través de la programación. “Para mí, la mayor contribución de la informática y la electrónica en el mundo ha sido la habilidad de ayudar a que la gente logre sus objetivos sin involucrarse en muchos aspectos mecánicos, dejándolos evolucionar más rápido”, dice Francia. Gabriela añade, “te toca crear algo, sea una aplicación o una máquina, con un diseño que pueda ser cambiado fácilmente dependiendo de lo que el usuario final espere o necesite”.

El viaje creativo

Para entender de dónde las mujeres en tecnología obtienen inspiración y motivación, les preguntamos a nuestras programadoras a quién admiran en el campo. Ambas tuvieron una respuesta muy clara: Grace Hopper, la “madre” del lenguaje COBOL. 


“Ella trabajó en la creación y los ajustes de la primera computadora (Harvard Mark I). También dirigió el equipo que diseñó el primer compilador en la historia de la computación, el cual abrió el camino para crear COBOL. Este lenguaje de programación generó alrededor del 70% del código activo para esa fecha. Hopper murió en 1992, dejando atrás un legado inimitable. Ella era una programadora brillante y una pionera en informática en una época cuando el campo estaba dominado por hombres”, explica Francia, añadiendo: “Una nota curiosa es que Hopper es la creadora del término bug, que usamos comúnmente para indicar un error o una falla en el sistema. Esto pasó porque encontró un pequeño insecto (bug) entre las tarjetas electrónicas que estaba afectando el funcionamiento de Mark II. El término debugging vino después”. 

La inspiración para comenzar a programar llegó a una edad temprana para nuestras entrevistadas. Gabriela Vera ha programado desde los 16 años, “pero cosas simples, quizás algunos juegos de consola, sólo estaba probando”, dijo, y esto fue creando la ruta para lo que sería su pasión verdadera. “Me gustaba la tecnología en general, así que estudié electrónica. Entonces supe que podías programar microcontroladores (chips) para que un hardware o un software hicieran exactamente lo que quisieras… ¡Y con eso bastó! Soy una programadora de firmware. Me encanta la combinación de hacer que una máquina se comporte exactamente como quieres, y de poder cambiar su hardware si es necesario hacer algo distinto”. 

Francia, por otra parte, comenzó a programar incluso más joven, a los 10 años en un centro de computación para niños donde aprendió conceptos básicos y cómo funcionaban los programas de computadora. “En un par de años aprendí BASIC intermedio y PASCAL, y como era una niña ya me había imaginado en lo que quería trabajar: creando programas que controlaran dispositivos físicos. Esta visión creció conmigo y me llevó a convertirme en una ingeniero en computación”. Añade: “La mayoría de mi vida profesional ha estado conectada a la programación. Desde el diseño de hardware, firmware y software aplicado a la academia y la investigación, a trabajar en el sector de compañías de tecnología, como lo hago actualmente en Smartmatic, donde hago pruebas de software. Son perspectivas muy diferentes a la hora de escribir código”. 

Lo que depara el futuro

Además de su admiración mutua por Hopper, Francia y Gabriela comparten el deseo de mejorar su campo y tener éxito en sus carreras. “Espero ser capaz de integrar en una visión el diseño de código, la ejecución, la garantía de calidad, la usabilidad y la experiencia del usuario final; combinar todos los pasos que un producto necesita seguir antes de ser realmente utilizable”, señala Francia. Ella dice que su plan de carrera en Smartmatic le está permitiendo realizar esa visión paso a paso, “y espero poder seguir incluyendo áreas de experticia en mi trabajo, y ser capaz de supervisar todos los aspectos del desarrollo de una tecnología”. 

Gabriela sugiere un enfoque similar para sus propios planes futuros. “En los próximos años, espero trabajar con lenguajes de programación de alto nivel, aprender más sobre el diseño y la arquitectura del software por sí solo, y manejar un equipo de desarrollo. Poder visualizar el programa completo, programarlo, diseñarlo, crear su arquitectura y asignar tareas”. Su carrera en la compañía ha empoderado su creatividad, ya que también añade “mi trabajo me hace pensar que el futuro que sueñas sólo puede existir si ayudas a construirlo; si piensas que algo debería existir pero no existe, ¿por qué tú no lo creas?”.

De acuerdo con Simina Bercenau, Supervisora de Talento y Desarrollo, “la fuerza laboral de Smartmatic es aproximadamente 40% mujeres. Hay muchas razones para que las mujeres se sientan atraídas por Smartmatic, desde nuestra cultura abierta hasta nuestra labor en promoción de la igualdad, justicia y transparencia en la sociedad”, tal como expresó en un post anterior.

Hablando de igualdad de género, Gabriela, quien actualmente trabaja en un equipo con otra desarrolladora de software y dos programadoras de Quality Assurance “muy técnicas”, comenta: “no veo una brecha solo porque un programador sea hombre o mujer, más de la que veo entre personas de diferentes personalidades o preferencias sobre cómo escribir código. Creo que todos los que aman este campo pueden lograr cosas increíbles si se les da la oportunidad”.

Francia también tiene una visión muy positiva sobre el tema. Resalta que su equipo actual de firmware está compuesto prácticamente de mujeres. “El hecho de que un equipo que se encarga del diseño de componentes electrónicos, drivers y programación de bajo nivel esté integrado mayoritariamente por mujeres demuestra que no hay actividades en este campo que no puedan ser abordadas y dominadas por mujeres. Creo que distinguir entre la actuación de hombres y mujeres en la informática es irrelevante, ya que todos tenemos las mismas habilidades y capacidades de escribir buen código y ser grandes programadores”. 

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