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Cada año recibimos de nuestra gerencia los objetivos macro que nuestro board define para Smartmatic, y cada uno de nosotros como parte de las unidades que componen la empresa tenemos la tarea de definir las actividades que impulsarán en cumplimiento de las metas. Uno a uno, todos los niveles de la empresa van subdividiendo y aterrizando los lineamientos estratégicos hasta que llegamos a tareas, actividades y entregables concretos, que según la teoría, al ser completados harán que se cumpla el plan global.

Hay un objetivo en particular que hemos mantenido vivo por varios años, y del que se escucha mucho en los pasillos, en los almuerzos, ascensores… en fin, en la conversación informal. Ese objetivo se ha pasado año tras año en el plan, se ha mantenido vigente, nos lo recuerdan en todos los kick-off y lo vemos como algo importantísimo para que la empresa madure, crezca y sea, como nuestro CEO suele decir, una empresa de grandes ligas. Estoy hablando de la profesionalización, ese término tan abstracto que tenemos siempre presente, y para el que he visto cantidad de interpretaciones diferentes.

Este artículo tiene la intención de invitarlos a todos a hace una reflexión personal. Muchos pueden sentirse tocados por su contenido, pero lo que me gusta de esta fórmula es que puedo presentarles el mensaje para que hagan su evaluación individual, y a partir de allí, si creen que tienen oportunidad para ello, tomen cualquier acción que ayude al objetivo macro. Si por el contrario tienen una personalidad que no permite espacio a la crítica mi sugerencia es que no continúen leyendo, porque aunque voy a tratar de ser cuidadoso con el lenguaje, si creo que la gran mayoría de nosotros va a encontrar algún elemento del mensaje que le va a llegar.

Muchas veces converso con gente que dice “hay que hacer posgrados para profesionalizarse”, “la empresa debe ponernos a todos a estudiar para crecer como profesionales” o “si no estudiamos nos vamos a estancar”. Y créanme, estoy muy de acuerdo con el mejorar la preparación académica de los empleados para ayudar a profesionalizar a la empresa. Esto definitivamente ayuda a que seamos más eficientes, que entendamos mejor los problemas que se nos presentan, que tengamos mejor capacidad de respuesta, que estemos en contacto con los mejores profesionales, etc.

Pero hay un punto en el que todos, y me incluyo de primero, podemos aportar mucho en el corto plazo. No requiere de mucho esfuerzo, tiempo ni inversión. Algunos prefieren crecer por experiencia y fuerza bruta, otros prefieren estudiar y devorar libros; pero todos, cualquiera que sea la vía que se seleccione para incrementar el conocimiento,  debemos luego interactuar con otros seres humanos en el desarrollo de nuestras actividades, y la forma en que esa interacción se desarrolle puede anular completamente el esfuerzo académico. 

Se trata simplemente de estudiar nuestra conducta, ver cómo nos conducimos en el día a día, y contestarnos una pregunta muy simple: “Mi conducta en la empresa, ¿es propia de un profesional?”. Alto, no se alarmen, no estoy siendo pretencioso ni pretendo enseñarles modales. Como dije, esto es una reflexión que cada uno puede hacer individualmente. Piensen en frases como “Yo tengo un amigo que trabaja en tal compañía, y allá todo es diferente, la gente no se trata así”, y luego pregúntense “¿Cómo trato yo a la gente aquí?”

En aras de ilustrar un poco la idea, les dejó una pequeña lista que podemos evaluar inmediatamente, y escojan ustedes con cual pueden aportar algo.

1.- Uso apropiado del correo: El correo no es un chat, no es una cartelera, no es un foro y ciertamente no reemplaza a las herramientas que deben ser utilizadas para hacer el trabajo. No voy a extenderme en este punto, solo voy a enumerar los típicos problemas de abuso del correo electrónico:
  • Copiar a demasiada gente.
  •  Hacer reply-all para decir “Gracias”, “recibido” o cualquier otro mensaje de confirmación.
  • El lenguaje en el correo: Una cosa es tener una relación personal con un colega, otra muy diferente es dirigirse a otra persona por escrito para una actividad laboral.
  • El correo como una excusa: piensen cuantas veces han escuchado “Yo te envié un correo con eso hace N años”. Si, es cierto que la información de un correo  es vinculante y se asume que el receptor está en conocimiento, pero, eso no nos exime de respaldar documentos, hacer seguimiento y manejar apropiadamente la información. El correo se pierde al hacer respaldos, la gente cambia de área o de proyecto, asume nuevos retos, etc., y cuando se van básicamente esa información, que ya de por si es difícil de administrar, suele expirar.
2.- Trato profesional: Hace unos días le decía a alguien que a veces parecemos olvidar ese factor de 10 por el que crecimos. A veces, se nos olvida que somos más de 500 empleados. Cuidado, uno de los grandes activos de esta empresa es el lazo casi familiar que tenemos entre nosotros, pero no está de más mirarnos de vez en cuando y pensar “Ok, ahora mismo, estamos trabajando”.

3.- Puntualidad: es simple y es sencillo, una cita a una hora es a esa hora, no es 15 minutos después. Solemos subestimar estas cosas, y hay que decirlo, hacer esperar a la gente, además de costarle dinero a la empresa, es una falta de respeto para la persona que espera. Todos tenemos teléfonos móviles, si 10 minutos antes saben que no van a llegar, avisen, si saben que no podrán asistir a una reunión cancélenla con tiempo.

4.- Reuniones en las áreas de trabajo: hay discusiones que son esporádicas y toman unos 5 o 10 minutos. Pero si la discusión se extiende más consideren a quienes están a su alrededor, las voces y los sonidos distraen y dificultan el trabajo de los demás. Hay salas de reuniones. En este mismo renglón incluyo cosas cómo la música en los escritorios, las llamadas en altavoz o las conversaciones telefónicas que se escuchan por toda la oficina.

5.- Respeto por el trabajo de los demás: este es el punto más delicado, pero lamentablemente es uno de los que veo con más frecuencia. Todos tenemos que reconocer el valor en la labor de cada uno de los empleados de la empresa. Es muy común escuchar comentarios de una unidad pensando que en otras unidades “no entienden que mi trabajo es crítico”, una especie de minimización del trabajo del otro.

Si bien todos tenemos un trabajo diferente, de lo que estoy seguro es que nadie tiene como descripción de cargo algo que diga “Valorar el trabajo de los demás, catalogarlos como relevante o no, y en caso de no serlo hacer caso omiso de sus opiniones o valoraciones”. Pregúntense a veces lo siguiente “¿hay alguien mejor capacitado que la persona de esa unidad para tomar la decisión que está tomando o para pedir lo que está pidiendo?” Si la empresa ha hecho un buen trabajo de contrataciones (yo creo que si lo ha hecho), entonces la respuesta siempre será “No”; y cómo dice alguien que trabaja aquí, no se discute con el que sabe.

No quisiera convertir este post en un debate de su pertinencia o no, como dije al principio, solo comparto una reflexión muy personal. No hace falta mucho para cambiar el entorno, para continuar viendo “Profesionalización” en Smartmatic, pero no depende de que el CEO tome una decisión o no, depende de que nosotros decidamos que el ambiente en el que nos desenvolvemos sea en efecto un ambiente mucho más profesional.
Heider García

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