Cuando me enteré que podía escribir en un blog de empleados, se me ocurrió inmediatamente contar las divertidas anécdotas de las fiestas de Navidad de Smartmatic. Como son tantas, comenzaré relatándoles mis recuerdos de la primera fiesta, con la firme intención de continuar escribiendo y recordando, junto a ustedes, lo que ha sido el proceso de preparar cada fiesta, que individualmente constituyen historias entretenidas ligadas a la evolución de nuestra empresa.
Comenzaré entonces contándoles acerca de la primera fiesta de Navidad que hicimos en esta empresa en el año 2003. Llegué de la mano de Alfredo Anzola, quien me contrató para que fuera la “Office Manager”, lo que realmente se traducía en ser la mamá de unos cuantos jóvenes incluyendo al propio Alfredo, de quien tuve el honor y la dicha de ser su verdadera madrastra entre sus 9 y sus 18 años de edad. O sea, que contrató a una mamá por él probada y comprobada.
Cuando llegó diciembre, el mes de las fiestas, las gaitas, los regalos, San Nicolás, Rodolfo el Reno, paz a los hombres de buena voluntad, etc., inocentemente le pregunté a mi Jefe cuánto me asignaría para el agasajo de los empleados con motivo de la Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo… Y la respuesta lapidaria fue: “Mylvia, lo siento, no se puede…”.
Comenzaré entonces contándoles acerca de la primera fiesta de Navidad que hicimos en esta empresa en el año 2003. Llegué de la mano de Alfredo Anzola, quien me contrató para que fuera la “Office Manager”, lo que realmente se traducía en ser la mamá de unos cuantos jóvenes incluyendo al propio Alfredo, de quien tuve el honor y la dicha de ser su verdadera madrastra entre sus 9 y sus 18 años de edad. O sea, que contrató a una mamá por él probada y comprobada.
Cuando llegó diciembre, el mes de las fiestas, las gaitas, los regalos, San Nicolás, Rodolfo el Reno, paz a los hombres de buena voluntad, etc., inocentemente le pregunté a mi Jefe cuánto me asignaría para el agasajo de los empleados con motivo de la Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo… Y la respuesta lapidaria fue: “Mylvia, lo siento, no se puede…”.
Desolada mas no derrotada, tomé la decisión que mi primer fin de año en Smartmatic no podía pasar “bajo la mesa” y los invité a todos a mi casa, la Quinta Milmar, a una Fiesta Marte…. en la que ¡cada quien llevó su parte!
La parranda estuvo muy buena, para variar hasta muy altas horas de la madrugada. Esa noche Leo C y Alfredo W me bautizaron para siempre como “Madrina”, porque así me llamaba mi ahijada que es muy bonita y estaba por casualidad ese día en mi casa. En la fiesta cantamos el “Aguinaldo de Smartmatic”, que compuse con la música del conocido aguinaldo venezolano “Si la Virgen fuera Andina y San José de los Llanos, el Niño Jesús sería un niño venezolano…”.
Para culminar con esta primera entrega, les regalo algunos versos del aguinaldo estrenado con ocasión de la primera Fiesta de Navidad de Smartmatic…
SI ANZOLA FUERA ANDINO
Y MUGICA DE LOS LLANOS
SMARTMATIC VENDERÍA
CACHAPAS CON QUESO E’ MANO
SI MADRIZ FUERA DE ESPAÑA
Y DOBLEVE ITALIANO
SMARTMATIC VENDERIA
PIZZA CON JAMON SERRANO
SI PAUL B FUERA GRINGO
SI PAUL B FUERA GRINGO
Y HEIDER VENEZOLANO
SMARTMATIC VENDERÍA
CHEESE BURGER CON JUGO E’ MANGO
SI LEONARDO FUERA EL DUEÑO
SI LEONARDO FUERA EL DUEÑO
Y EDILMO EL SEGUNDO EN MANDO
SMARTMATIC VENDERÍA
CERVEZAS CON PASAPALO
Me despido hasta la próxima crónica, si Dios y el tiempo me lo permiten…
Me despido hasta la próxima crónica, si Dios y el tiempo me lo permiten…
Mylvia Rincón
No hay comentarios:
Publicar un comentario