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Hayes Thompson

¿Han escuchado hablar de la agilidad emocional? Es la habilidad de liberarnos de patrones negativos de pensamiento y acercarnos a nuestras metas de manera positiva. 

Según Susan David y Christina Congleton de la revista Harvard Business Review:

“Los líderes efectivos no creen en suprimir sus experiencias internas ni lo intentan. En cambio, las abordan de una manera consciente, orientada por sus valores, positiva, desarrollando lo que llamamos agilidad emocional”.

Esto me recuerda ciertas investigaciones sobre las que aprendimos en nuestro entrenamiento para el liderazgo en Ámsterdam, investigaciones que demuestran que mientras más tratamos de negar ciertos sentimientos, más seremos afectados por ellos.

De cierta forma tenemos que aceptar nuestros pensamientos y emociones, tan negativos como sean. No debemos tratar de suprimirlos o controlarlos. Debemos experimentarlos, quizás sólo de manera interna, y usar su poder para canalizar acciones positivas.

David y Congleton prosiguen:

“En nuestra economía compleja que cambia con rapidez, la habilidad de manejar nuestros pensamientos y emociones es esencial para el éxito en los negocios. Numerosos estudios del profesor Frank Bond y otros de la Universidad de Londres, muestran que la agilidad emocional permite a la gente aliviar su estrés, reducir errores, volverse más innovadora y mejorar su desempeño laboral”.

Los autores sugieren cuatro prácticas tomadas de la Terapia de Aceptación y Compromiso (TAC) diseñadas para construir esta habilidad, la agilidad emocional. 

Reconoce tus patrones
Como resulta con cualquier cambio de comportamiento, el primer paso es estar consciente del mismo; uno debe comprender que se encuentra “enganchado” con sus propios pensamientos y emociones. 

Es difícil pero no imposible, dicen David y Congleton. Busca pensamientos y emociones que se repitan. Esas cosas que te dices en los momentos cuando dudas de ti mismo; por ejemplo, “no eres suficientemente bueno” o  “no puedes con eso”. 

Dale nombre a tus pensamientos y emociones
El darles un nombre te ayudará a ver objetivamente aquellos pensamientos y emociones que son completamente dominantes.  El mero hecho de decir que estás teniendo un pensamiento en vez de simplemente tenerlo te ayudará distanciarte, y a ver las ideas negativas como fuentes temporales de información no beneficiosa. Puede ser que ya conozcas este método, el “ver las cosas desde un helicóptero”: ver  tus pensamientos desde arriba, flotando y alejándose como las nubes.  

Acéptalos
Voy a citar a David y Congleton textualmente porque lo que dice es tan bueno:

“Lo opuesto del control es la aceptación; no se trata de no materializar ningún pensamiento o resignarse a la negatividad, sino de responder a tus ideas y emociones con una actitud abierta, prestándoles atención y permitiéndote experimentarlas. Respira profundo 10 veces y date cuenta de lo que sucede en el momento. Esto puede traer alivio, pero no necesariamente hará que te sientas bien. De hecho, puede ser que te des cuenta que tan molesto estás en realidad. Lo importante es extender algo de compasión hacia ti (y los demás) y examinar la realidad de la situación. ¿Qué está sucediendo, tanto interna como externamente?”  

Actúa de acuerdo con tus valores
Cuanto te distancias de tus pensamientos y emociones difíciles, puedes decidir actuar en concordancia con tus valores.  

En realidad esto fue lo que me hizo querer compartir este artículo con ustedes, porque en Smartmatic tenemos valores que son tan fuertes y claros. 

Entonces, la próxima vez que enfrenten un reto, acudan a estos valores para que los ayuden a responder de una manera viable, una que les servirá a ustedes y a la compañía a largo plazo: una manera que orientará a otros hacia una meta en común. 

Y en caso de que los hayan olvidado, estos son los valores de Smartmatic:

Integridad
•    Estamos comprometidos con la honestidad y la verdad en todo momento.
•    Basamos nuestras interacciones con otros en el respeto y la confianza mutuos.
•    Mostramos comportamientos y acciones adecuadas como ejemplo para los demás.  
•    Actuamos y nos comportamos en concordancia con lo que decimos.

Innovación
•    Retamos el status quo y buscamos cambios continuos. 
•    Proponemos ideas de vanguardia.
•    Apoyamos nuevas iniciativas en nuestro trabajo.
•    Animamos a los demás a ser creativos e innovadores. 
•   Somos flexibles en presencia de situaciones que nos reten, lo que nos conduce hacia soluciones eficientes y creativas. 

Candor 
•    Podemos comunicarnos con franqueza.
•    Decimos lo que pensamos y hacemos que los demás entiendan nuestros objetivos.
•   Estamos abiertos al cambio y a adoptar nuevas actitudes como producto de nuestro aprendizaje y feedback. 
•    Creamos un ambiente donde todos pueden aprender de los errores. 
•  Ofrecemos y buscamos entrenamiento, y feedback informal a todos los niveles para mejorar nuestro desempeño. 

Excelencia
•    Entregamos los resultados que fueron acordados.
•    Realizamos nuestras tareas diligentemente y con calidad.
•    Simplificamos sistemas y procesos para eliminar la carga de trabajo innecesaria. 
•    Presentamos resultados de excelente calidad y sin errores. 

Compromiso
•    Apoyamos e implementamos decisiones.
•  Estamos plenamente comprometidos, es decir, estamos moralmente obligados a alcanzar los objetivos de la compañía (trabajamos duro para conseguir lo que es “casi imposible”). 
•    Somos consecuentes con nuestros objetivos, con determinación. No nos rendimos,  mucho menos frente a la adversidad. 
•    Promovemos las mejoras y el desarrollo profesional y personal.
•    Superamos barreras para lograr nuestros objetivos.

Visión
•  Comprendemos los objetivos empresariales de la organización y los traducimos a principios específicos. 
•    Balanceamos nuestras actividades diarias enfocándonos en el futuro. 
•    Alineamos los objetivos, metas y recursos a las necesidades del negocio.
•   Anticipamos y eliminamos problemas potenciales que puedan surgir, e implementamos mediadas de contingencia cuando son necesarias. 
•   Comprendemos las prioridades y el trabajo de nuestros colegas.
•   Hacemos seguimiento de nuestro progreso y adaptamos los planes de acuerdo a las circunstancias. 

Trabajo en equipo
•    Compartimos información sin problema.
•    Anticipamos los conflictos y promovemos su resolución.
•    Escuchamos con atención y aceptamos respuestas. 
•    Realmente nos preocupamos por los demás y mostramos simpatía. 
•    Animamos a la gente a trabajar juntos.
•    Promovemos una sensación de pertenencia a la organización.

Por cierto, estos valores no sólo nos ayudan a guiar nuestras respuestas a situaciones complicadas. También sirven para decidir “cómo sonamos” en nuestras comunicaciones comerciales (nuestro tono de voz), pero eso materia para otra entrada de este blog. 

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